The Tale of Princess Kaguya: Belleza análoga en la era digital
Serena, delicada y sutil, The Tale of Princess Kaguya (Kaguya-Hime no Monogatari) es un encuentro bellísimo con una de las historias más antiguas en el folclor nipón: Taketori Monogatari (La historia del cortador de bambú), que data del siglo X y cuenta la historia de una damisela que viene desde la Luna a vivir en la Tierra.
Radiante desde su inicio, solo se le puede aplaudir a Isao Takahata por su potente resultado animado, con un look final que parece que ha conservado sus cuadros intactos desde el cuaderno de bocetos del animador, una paleta de ensueño y una manufactura maravillosa. Un esfuerzo tremendo con un lenguaje análogo y pictórico en la era digital. No se puede esperar menos de Studio Ghibli.
Un milenario relato sobre una princesa nacida de un brote de bambú (de ahí su apodo Take-no-ko o pequeña de bambú), que, encontrada en medio del bosque por un leñador, inicia una vida frugal, sencilla y campestre, sin embargo sus padres adoptivos, quienes creen que es una princesa del cielo, consideran que su existencia en el campo no es digna y buscan la forma de convertir su vida en lo que una princesa, criada con las costumbres aristocráticas del Japón de la época, requiere y necesita.
En una cultura en donde independientemente de los deseos personales, las mujeres son obligadas a aceptar un destino por complacer y honrar a sus familias, vemos cómo la belleza y vitalidad de Kaguya se van consumiendo lenta y dolorosamente, añorando una vida en el campo que ya nunca volverá. Un viaje que nos enseña que la felicidad, como todas las cosas en el mundo, son relativas, e imponerle un concepto propio de prosperidad y bienaventuranza a otro es tan injusto cómo empujarlos hacia la desdicha.
Una obra de arte desarrollada en 8 años con 49 millones de dolares, liberada del neorrealismo perfeccionista que caracterizaba a Takahata (Tumba de las luciérnagas, Only Yesterday), llena de magia y simbolismo sin perder de vista el drama real dentro del corazón de cada personaje. Una ejecución sutil, de una belleza diáfana y poética que solo podemos relacionar con el florecer de los cerezos japoneses acompañados con la música del buen y talentoso Joe Hisashi.
Must see para los amantes de la animación, nominada en esta categoría a los premios de la Academia, elegida como mejor largometraje de Animación por la asociación de críticos de los Angeles, y selección oficial para el Festival de Cannes, Annecy y San Sebastian.
Una de las últimas películas del Studio Ghibli antes de entrar en su indeterminada hibernación. (Suspiros). La gran conclusión es que nuestro tiempo en la tierra es corto.
A continuación les dejo el trailer de la película. Abrazos y besos.
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